Andrea es hermana de Norberto «Norby», un residente de ASANA. Ella y su familia han dado el tan difícil y crucial paso de ayudar a Norby a independizarse, al hospedarlo en un hogar especializado:
“Cuando mis padres decidieron buscar un lugar para mi hermano, por indicación de los profesionales que lo atendían, averiguaron en la obra social, y entre las instituciones de ese momento estaba ASANA. Se contactaron y fueron a la entrevista en la oficina que tenían en CABA.
Si bien, sabían que Escobar estaba muy lejos, ya que no disponían de automóvil por ese tiempo, fueron a conocer lo que entonces era ASANA: una granja para el tratamiento de personas con discapacidad.
A mis padres les gustó mucho el lugar, pero sabíamos que la separación sería difícil, especialmente para mi madre.
Cuando entró a la granja de ASANA, mi hermano, el Negro, tenía 15 años, en el año 1985, y ASANA se había fundado en el año 1976, así que él es hoy, uno de los residentes mas antiguos del grupo.
Desde que el «Negro», como le decimos en casa, ingreso a ASANA, su vida dio un giro de 360°… recuerdo que él era terrible …el cambio fue increíble; si dudas, además, mejoró muchísimo la relación entre nosotros.
Ver el lugar donde esta, a sus pares, verlo sonreír, feliz .. nos ayudó a tomar conciencia de su realidad.
Haberlo internado fué lo mejor que pudieron haber hecho mis padres, por él, por ellos y por mi.
La separación fue difícil, pero desde el comienzo recibimos apoyo del equipo terapéutico de ASANA y mis padres siempre estuvieron cuando se los convocaba. Yo también participaba de niña, y al crecer asistí a reuniones de hermanos y encuentros de familias.
Reciben amor, cuidados, respeto, escucha, rutinas, enseñanzas; ellos se sienten felices, se les nota en la cara cuando uno va a buscarlos o comparte actividades con ellos…
Es el espacio para que vivan, en su lugar, su hogar.
¡Agradezco a ASANA por todo el amor que brindan a todos los chicos! ¡Gracias por dejarlos Ser! “
Andrea, hermana de Norby, residente de ASANA