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Tiempo Fuera, la técnica para el tratamiento de conductas inadecuadas

¿Cómo trabajar las conductas desadaptativas, berrinches y pérdidas de control?

Seguí el paso a paso para aplicar esta técnica de psicología que te ayudará a disminuir las conductas inadecuadas en adultos con TEA y/o discapacidad intelectual.

En casa, en el ámbito educativo o en un espacio terapéutico, al momento de encontrarnos con un comportamiento inadecuado, conductas disruptivas o pérdidas de control ¿qué debemos hacer?.

En este artículo te contamos sobre una técnica de psicología que es posible aplicar en los espacios mencionados en personas adultas con TEA(trastornos del espectro autista) y/o discapacidad intelectual.

Esta técnica se desarrolla dentro del abanico de herramientas de la terapia cognitivo conductual. La misma puede aplicarse en diversos ámbitos y circunstancias. Si bien es aplicable a personas de diversas edades, en este caso se desarrolla el paso a paso de la técnica “TIEMPO FUERA” repensada para personas adultas con trastornos del espectro autista y/o personas adultas con discapacidad intelectual de moderada a severa.

Abordar esta situación supone tres pasos:

Primero evaluar frente a qué situación vamos a intervenir, de qué manera lo vamos a llevar adelante y cómo continuaremos frente a la repetición o no. 

Para que la intervención sea realmente efectiva es imprescindible la implicación de la persona (debe saber el cómo, para qué y por qué de la intervención), de esta manera fijamos objetivos del aquí y ahora, no intervenimos por situaciones pasadas. 

¿Cuál es el objetivo de la técnica TIEMPO FUERA o para qué se utiliza?

La idea de esta intervención es que la persona pueda modificar una conducta desadaptativa; entendiendo por desadaptativas aquellas conductas que interfieren en la buena convivencia y armonía con el medio o produce daños de cualquier tipo a sí mismo o a terceros, las mismas pueden ser más o menos graves.

Entonces esta técnica se aplica en casos donde se quiere modificar una conducta desadaptativa o disruptiva y puede aplicarse a cualquier edad; los estudios refieren que se estima un minuto fuera por edad cronológica, a partir de los dos años. La experiencia nos ha mostrado que no es conveniente que sobrepase los 12/15 minutos, en el caso de adultos lo ideal es que no supere los 12/15 minutos tampoco. Extender el tiempo del “tiempo fuera” hace que la persona pierda el foco del motivo que lo llevó a estar en dicha situación, es decir, queda descontextualizado.

PASOS PARA EL TIEMPO AFUERA

  1. ESTÉ ATENTO A LA CONDUCTA Y DÉ UNA ADVERTENCIA: En principio es fundamental identificar la conducta desadaptativa que queremos extinguir, una vez identificada se dará una advertencia (anticipada) de que habrá un tiempo fuera, por ejemplo: “Ahora vamos a trabajar 5 minutos, si te levantas vamos a hacer tiempo fuera”. Debemos hacerle saber, con voz calmada, que deberá cumplir tiempo fuera si sigue con la conducta desadaptativa, por ejemplo: “Si sigues haciendo la “conducta x” tendrás tiempo fuera”, esperar unos 5 segundos. Ahora, si sigue las instrucciones después de la advertencia es fundamental elogiar, por ejemplo: “Estoy muy contento de que no hagas la “conducta x”. Si luego la “conducta x” se repite es momento de cumplir con la implementación del tiempo fuera y es fundamental que se renueve la advertencia mientras se desarrolla la conducta inadecuada. Es probable que debamos hacer varias advertencias, sin embargo, es recomendable que no sean más de 2 para que la persona asocie la “conducta x” con la consecuencia y que la escena no se prolongue demasiado porque corremos el riesgo de descontextualizar la situación. Además, es muy importante que la persona entienda exactamente de qué se trata el “tiempo fuera”.
  1. DECIRLE EL POR QUÉ: llegada la situación donde debemos concretar el “tiempo fuera” se le dice que tendrá un tiempo fuera y se le explica el detalle del porqué. Esto sólo se debe decir una vez (debemos describir la conducta indeseada que ha realizado y que origina el “tiempo fuera”), con voz calmada, con firmeza, con pocas y claras palabras. Es importante detectar la manera exacta para no producir un reforzamiento de la conducta, es decir, que no sienta que por las advertencias y expulsión uno le está dedicando una atención especial, porque podríamos obtener un efecto no deseado, que es la intensificación de la conducta no deseada, por lo que es importante: no sermonear, no retar, no discutir en el momento de la expulsión. Además, en dicha situación, no debemos aceptar excusas, ni pretextos. Una vez explicado todo se hace efectivo la expulsión de la persona sin decir ni una palabra más. Alternativamente es factible realizar un reforzamiento diferencial de conductas (podemos felicitarlo o elogiar por aquellas conductas que hacen incompatibles a las conductas indeseadas, incluso se puede reforzar el momento en que la persona se dirige a realizar el “tiempo fuera”, por ejemplo: “Muy bien como estas yendo al tiempo fuera”). Otro factor importante a tener en cuenta  es tomar decisiones que nos permitan ser coherentes y consistentes con lo que queremos modificar, caso contrario lograremos caos y confusión en la persona.
  1. HACER QUE DURANTE EL TIEMPO FUERA ESTÉ SENTADO: si frente a la situación de expulsión  se niega a estar tiempo fuera, debemos llevarlo y lograr que se siente en una silla o en el piso, acompañar el movimiento de sentarse, solo si hiciera falta. Debemos tener definido cuál será el lugar donde se realizará el tiempo fuera y es allí donde debemos indicarle que se siente y que, sólo podrá levantarse cuando se le diga. Durante todo el lapso de tiempo: No dejar que nadie le hable y que además que no se le permita jugar con nada. Esto llevado al campo de la práctica, por supuesto puede ser muy difícil, si no se mantiene en el lugar (la silla o lugar asignado), debemos hacer que se vuelva a sentar, mientras lo hace, nunca hablar, ni emitir sonidos, ni gestos. En un principio puede que tenga que hacerlo muchas veces, pero si se hace de manera despersonalizada y sin dedicarle atención, cada vez el tiempo fuera será más sencillo de llevarlo a cabo.  Es indudable que esto requiere de mucha paciencia y que no es sencillo de hacer.
  1.  FINALICE EL TIEMPO FUERA: el tiempo fuera, por lo general dura entre 2 y 5 minutos. Esto tiene un tope máximo de 12/15 minutos, recordemos la edad mental de las personas a las que nos referimos en el presente, que sea más tiempo pierde el sentido de la connotación que le queremos dar al tiempo fuera. La persona debe estar en silencio para darle final al tiempo fuera, por lo menos 5 segundos, sucedido esto se le dice que puede levantarse y volver a la actividad y se le recuerda que se espera en relación a la “conducta x”, por ejemplo: “recuerda que nuestra regla es que no pegues”. La persona debe seguir la instrucción, de lo contrario se repetirá tiempo fuera con todos los requerimientos ya mencionados.
  1. ELOGIAR LA PRÓXIMA BUENA ACCIÓN: Realizar con exactitud los requerimientos para llevar adelante el “tiempo fuera” es tan importante como prestar atención en la próxima cosa positiva que realice la persona y elogiar con entusiasmo, para generar un refuerzo a la buena conducta y además enfatiza el vínculo con el mismo. A veces sucede que esta buena conducta no se da espontáneamente, es así que debemos indicarle que realice una acción positiva  y que la misma nos permite elogiarlo.

La experiencia obtenida trabajando en ASANA con adultos con discapacidad intelectual nos ha mostrado que en algunas oportunidades se presenta el “tiempo fuera” autoimpuesto, (la persona reconoce el momento en que es necesario retirarse y puede pedirlo) pero, frente a dicha situación en primera instancia debemos evaluar que sea consecuencia inmediata previo o posteriormente a la conducta no deseada y que el pedido de “tiempo fuera” no esconda otros deseos de la persona (por ejemplo: aislarse, salir de una situación que le disgusta, etc). Descartado esto, debemos seguir los pasos y los requerimientos que hemos desarrollado.

Redacción: Licenciada Cecilia Lúquez.

Bibliografía

  • Almendro, M.T.; Díaz, M. & Jiménez, G. (2012) Psicoterapias. Manual CEDE de preparación PIR, 06. CEDE: Madrid.
  • Caballo, V. (1991). Manual de técnicas de terapia y modificación de la conducta. Siglo XXI: Madrid.
  • Labrador F.J., Cruzado F.J., & López M. (2005). Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta. Pirámide: Madrid. 

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