Hace apenas cuatro años dimos la bienvenida en nuestro centro de día a Mica y a su familia.
Ella, habiendo terminado la escuela especial, ingresa a ASANA con 18 años, por la recomendación de un terapeuta de confianza de la familia. El deseo que tenían era que Mica pueda compartir con pares actividades que le ayuden en su sociabilidad y a mejorar su calidad de vida.
Después de las primeras entrevistas y reuniones en ASANA y acordar su ingreso , le dieron la noticia a Mica, que lo tomó con mucha alegría.
“A ella le gusta mucho tener espacios donde poder desarrollar actividades como cocinar, pintar, regar plantas, jugar, bailar” cuenta Cristina, su mamá.
Para su familia también este paso implicó mucha alegría, por la dinámica de trabajo en ASANA sabían que su hija estaría cuidada constantemente. La calidez de hogar que recibió Mica, compartir con sus compañeros, quienes se convirtieron en buenos amigos, pronto reflejaron resultados positivos en ella:
“Cuando Mica ingresó a ASANA tenía dificultades para relacionarse con otras personas. Al tiempo de ingresar, notamos que Mica logró mejorar mucho las conductas disfuncionales que tenía y que eso repercutió favorablemente en el ámbito familiar.
El trabajo familiar y del Centro de Día en forma conjunta ayudó mucho en su estabilidad emocional en el ámbito social.”
Dar este paso tan importante de llevar a Mica a un Centro de Día como el que ofrece ASANA, no solo tuvo influencia en Mica, también su familia notó cambios en su vida diaria:
“Micaela ingreso al centro de día en jornada simple y al año siguiente fue jornada completa. Como familia sentimos mucha tranquilidad al saber que nuestra hija estaba cuidada y feliz. Hubo un cambio funcional en la casa ya que pudimos manejar los tiempos con más libertad porque Mica es muy demandante y no puede quedarse sola en ningún momento. El tiempo que permanece Mica en casa, ahora, es mucho más llevadero ya que nosotros estamos mejor predispuestos a sus pedidos.”
Desde la experiencia que está viviendo la familia de Mica, ellos expresan:
“Los padres que tenemos hijos con discapacidad tenemos ciertos miedos en cuanto a dejarlos volar solos.
Es un paso que tenemos que dar para nuestro bien y el de nuestros hijos. Lo importante es encontrar un lugar que nos acompañe en ese proceso. A nosotros ASANA nos brindó la seguridad en cuanto a cuidados y contención que necesitábamos. Micaela tiene epilepsia y requiere ciertos cuidados que ASANA cumple de tal forma que nosotros podemos estar tranquilos.»
«Mica viaja todos los días 45 km para ir al Centro de Día y lo hace feliz de encontrarse con sus compañeros, pensando qué actividades van a hacer y eso nos muestra a nosotros como papás que estamos en el buen camino. »
«A las familias que están en la búsqueda de un lugar para un ser querido especial, les deseo que puedan encontrar un espacio de contención emocional como nosotros lo vivimos en ASANA.”
Agradecemos a la familia de Mica por estas palabras. Compartimos esta experiencia porque hay muchas personas que se encuentran en esta situación y saber de otras familias hará que se sientan acompañados y sabrán que no están solos en este camino hacia una mejor calidad de vida para su ser querido con discapacidad.
(Tomado de entrevista a la familia de Mica, residente de ASANA, en Mayo del 2022; editado por Meli Hanun)